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ASUNCIÓN, Paraguay - Después de superar muchos obstáculos, Adriana de 39 años, logró conquistar algunos de sus sueños. Adriana quiso tener una vida mejor para ella y para su primer hijo y por eso migró a España hace 14 años. En agosto de 2020, en medio de la peor pandemia de la historia reciente quiso volver a Paraguay a tener a su segunda hija y así lo hizo. Luchó y venció todas las dificultades y sus miedos.

Adriana estaba en Madrid a principios de marzo cuando la pandemia de Covid-19 avanzaba por el mundo llenándolo de nuevas incertidumbres y miles de fallecidos. Ella acababa de perder su trabajo, tras 11 años cuidando de lunes a domingo a un matrimonio de ancianos españoles a los que quería como a su propia familia. Hace seis años murió ella y ahora él. Adriana tuvo 15 días para buscar un nuevo lugar donde vivir y un nuevo trabajo.

Fue entonces cuando supo que estaba embarazada de tres meses. No parecía el momento ideal, en enero había terminado una relación de años con el padre de su futuro bebe, estaba viviendo en el sofá de unas amigas y buscando trabajo. Pero estaba decidida y quería tenerlo. Así que ideó un Plan B.

Los años de esfuerzo trabajando como empleada doméstica, cuidadora de ancianos y auxiliar de enfermería habían dado sus frutos. Muchas personas la recomendaron y consiguió enseguida un nuevo trabajo, esta vez cuidando a una enferma terminal de cáncer a la que acompañó hasta casi sus últimos días, mientras buscaba seguir con su plan: regresar a Paraguay, su otra tierra.

Durante 14 años envió más de la mitad de su sueldo a su hijo Tobías -que hoy ya tiene 17 años- y así lo mantuvo mientras edificaban poco a poco su propia casa. Con el dinero ahorrado volvió y se instaló en Asunción. “Nunca tuve miedo”, cuenta Adriana sobre el vuelo de repatriación en el que regresó junto a otros cientos de trabajadores paraguayos que habían quedado en situaciones difíciles en España. Se protegió y equipo bien con gel, guantes y tapabocas. Cuando llegó ya estaba embarazada de siete meses.

En Paraguay tuvo algunas dificultades que superar también. El acceso a las consultas de su hospital de referencia no fue fácil. Hasta que intervino un amigo que trabaja allí, no consiguió ser atendida. El contraste entre los modernos hospitales de España y los de Asunción le impactó. “Las comparaciones son odiosas, pero casi me da algo”, recuerda. No fue la última sensación de tensión que le quedaba por superar.

Partos seguros, con pandemia o sin ella

“Hoy en día, en medio de la pandemia, las salas de parto de todo el mundo se han convertido en escenarios donde se mezclan dos sentimientos: por un lado, el temor ante los riesgos del contagio durante el procedimiento obstétrico, que sin duda requiere un contacto directo, y por el otro, ese sentimiento de amor y emoción que tiene la madre de conocer a su bebé”, describe Sandra Recalde, a cargo de la Dirección de Obstetricia del Ministerio de Salud. 

Aunque Paraguay tiene una de las incidencias más bajas por Covid-19 de la región, ya se han registrado 1.516 muertes y unos 70.000 casos positivos. - Las consultas prenatales y los servicios de planificación familiar han disminuido notablemente. Algunos de los contagios al comienzo de la pandemia fueron en centros hospitalarios y eso provocó pánico en mucha gente. Pero ya no es así. La mayoría de contagios se dan en encuentros sociales, trabajo y transporte público-. Asistir a un centro médico cuando es necesario debe seguir siendo la norma, recuerda Patricia Veiluva, Directora General de Programas de Salud del Ministerio de Salud Pública.

Con todos estos pensamientos en la cabeza, Adriana iba y venía de consulta a su casa hasta que un día ocurrió algo inesperado. Algo que puso su futuro en vilo.

Todo iba bien, el embarazo, la casa, incluso unas amigas de su exmarido le celebraron un baby-shower. Hasta qye ocho días después se enteraba que uno de los asistentes había fallecido con Covid-19. Adriana dice que fue la única vez que se alarmó, pero mantuvo la cabeza fría y pensó en la salud del bebé. “Me mandaron hacer muchas pruebas, salió positivo en un virus que no era covid”, aún así no le hizo ningún efecto negativo. Y, por suerte, nada afectó al bebé.

Como madre soltera y sin más familia que la cuide, lo que más le preocupaba a Adriana era quién la acompañaría el día del parto. Para eso están las comadres. Su vecina Cintia le acompañó sin dudar. Juntas pasaron la tensa espera hasta entrar en la sala de parto donde al poco tiempo vino al mundo Daniela Luján en perfectas condiciones.

Hoy Adriana y Daniela descansan juntas en su nido asunceno planeando su próximo vuelo.

Para que, como Adriana, todas las mujeres en Paraguay puedan parir con salud y tranquilidad, el Ministerio de Salud ha implementado varias estrategias rápidas en redes sociales, plataformas virtuales y mensajería telefónica para dar seguimiento a las usuarias de los servicios. En otros casos, se realizaron videoconferencias con distintos lugares del país y visitas supervisadas a cada uno de los hospitales para asegurarse de que la atención cumpliera con las medidas de bioseguridad requeridas.

Por su parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) entregó batas, mascarillas N95, mascarillas quirúrgicas, protectores oculares, guantes de nitrilio, gorros quirúrgicos y cubiertas impermeables para zapatos al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social de Paraguay, con la intención de proteger a médicos, obstetras y parteras que trabajan en salud materna, en especial en controles prenatales, emergencias obstétricas, parto y puerperio, y así superar la falta de asistencia por parte de las madres gestantes a las consultas.

La agencia de Naciones Unidas también ha aportado kits de higiene a adolescentes y cuidadores de centros de acogida. Y ha apoyado al Ministerio de la Mujer y al Ministerio de la Niñez y la Adolescencia en sus canales de atención y respuesta a casos de violencia a través de acciones directas. Rocío Galiano Marés, representante nacional del UNFPA en Paraguay lo resumió así: “Nuestra respuesta se ha centrado en apoyar la prevención y control de la infección, así como la continuidad de los servicios de salud sexual y reproductiva”. FIN

Texto: Santi Carneri para UNFPA Paraguay.

Fotografías: UNFPA Paraguay/Mayeli Villalba.