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ASUNCIÓN, Paraguay - Afable, cercano, empático, pese a la barrera idiomática, el doctor Babatunde Osotimehin se ganó la simpatía de las personas con quienes compartió en Paraguay. Durante una breve, pero fructífera visita, el Director Ejecutivo del UNFPA pudo conocer más de cerca cómo este país, ubicado en el centro de Sudamérica, enfrenta el desafío de contar con una población joven que vive importantes desigualdades y que hoy constituye una oportunidad única para dar el salto hacia un desarrollo equitativo.

Con un 20% de población adolescente, a la que se suma casi un 10% de población joven, el bono demográfico es una posibilidad que exige hoy medidas urgentes: más de un millón de jóvenes se encuentran fuera del sistema educativo y los embarazos en menores de 15 años se han incrementado en un 62,6%, el 2004 y el 2013.

Fue esta realidad,  la que el doctor Osotimehin conoció de cerca en un emprendimiento, apoyado por UNFPA, en que se busca potenciar los proyectos de vida de chicos y chicas en situaciones de vulnerabilidad. “Me contaron que esa población se creó sin presencia del Estado y fue víctima de prejuicios. Hoy la gente está organizada, la comunidad es legal y está saliendo adelante. Me encontré con mucha gente joven, estos niños y niñas que están en la orquesta Sonidos de la Tierra, con los instrumentos musicales hechos de materiales reciclados, y me quedé conmovido. Están muy bien organizados y estructurados, hacen una música maravillosa y demuestran que cuando hay unión se puede salir adelante. Me recuerda a mi propia comunidad, en Nigeria, donde tampoco había presencia del Estado. Allí la propia gente tuvo que construir sus escuelas, sus hospitales, arreglar sus calles, trabajando juntos y aportando una especie de tributo, hasta que luego llegaron los militares y se apropiaron de todo, lamentablemente. Pero la experiencia sobrevive y demuestra lo que se puede lograr”, expresaba en entrevista al periodista Andrés Colmán Gutiérrez.

En otra emotiva visita, al Bañado Sur, zona asistida por el UNFPA en el marco de la emergencia humanitaria debido a las crecidas del Río Paraguay, conoció cómo las mujeres y adolescentes echan mano de su resiliencia y salen adelante pese a las historias de violencia. “Es muy duro todo lo que nos toca vivir aquí. Estuvimos casi tres años luchando con el agua”, manifestó Estela Rotela, una de las pobladoras del lugar.

La violencia sexual, el embarazo adolescente y la falta de oportunidades para adolescentes y jóvenes son situaciones que impactan doblemente en estas poblaciones periurbanas que cada año enfrentan situaciones de crisis ante las inundaciones.

El doctor Osotimehin reconoció que los países de ingreso medio constituyen una categorización muy amplia y que esconden muchas desigualdades. De hecho, en Paraguay 1 de cada 4 adolescentes son pobres y 1 de cada 10 viven en extrema pobreza, situación que dista mucho de lo que sucede en los países vecinos. A esto se suma la particularidad de que el guaraní (idioma oficial junto al español), por motivos de discriminación se constituye en una variable de menor desarrollo. Por ejemplo, el porcentaje de madres adolescentes en cuyas casas se habla únicamente guaraní duplica al de las adolescentes en donde se habla únicamente español.

El Director Ejecutivo del UNFPA admitió que los países de ingreso medio de nuestra región esconden muchas desigualdades.

En reuniones con ministros (el de Salud, de Educación, de Planificación y de Relaciones Exteriores) el doctor Osotimehin no se cansó de abogar por una mayor inversión en adolescentes y jóvenes. Reconoció que es el momento de realizar grandes inversiones en educación, salud, incluyendo salud sexual y reproductiva y planificación familiar, para aprovechar el bono demográfico. De lo contrario esta oportunidad se perderá, lamentó.

La participación protagónica de adolescentes y jóvenes fue otro de los aspectos remarcados durante toda su visita. “Nada para ellos sin ellos”, sostuvo durante el lanzamiento del Plan Nacional de Salud Adolescente, del cual tomó parte junto al Ministro de Salud Pública y Bienestar Social, doctor Antonio Barrios, y de dónde se despidió con un cálido “agüije” (gracias, en guaraní).

Texto: Carolina Ravera Castro / Fotografía: Marcial Barni.