LUQUE, Paraguay. "Leonarda es mi nombre no indígena y mi nombre originario es Kuña Takuaju y Atagi: mujer del bambú sagrado". Así se presenta esta lideresa de la comunidad indígena Kuchingi Mairekoty, perteneciente a los pueblos Aché y Ava Guaraní, que se ubica en la ciudad de Luque, a sólo 16 kilómetros de la capital paraguaya.
A sus 58 años, Leonarda Duarte ha obtenido oficialmente el título de lideresa de su comunidad, aunque asegura que ha ejercido ese rol de manera natural toda su vida: "Siempre fui una lideresa... yo venía cumpliendo con ese rol desde que era joven, aunque es difícil desarrollarlo por el machismo, y también por la discriminación hacia las personas indígenas, seas hombre o mujer. Siempre fui discriminada por mi origen, pero soy una mujer fuerte en espíritu", afirma.
Actualmente, preside el Consejo de Pueblos Indígenas del área Central, Capital y Pirayú, e integra la Articulación Nacional Indígena por una Vida Digna (ANIVID), que agrupa a 34 organizaciones indígenas del país. Además, desde el 2009 trabaja con el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA).
Para ella, uno de sus mayores logros es haber participado en la fundación y consolidación de la organización Kuña Guaraní Aty, donde representa al pueblo Aché y forma parte del directorio. Desde su creación en el 2011, la Asociación ayuda a visibilizar y empoderar a las mujeres indígenas del Paraguay.
Abogan por cumplimiento de ley
Las interseccionalidades las ha vivido directamente. Ser mujer, indígena y venir de una situación de vulnerabilidad, la han hecho enfrentar discriminación a lo largo de su vida. Refiriéndose a las autoridades, critica que aún sigue sin cumplirse la ley que obliga a las entidades del Estado a incorporar y mantener en sus nóminas un porcentaje no inferior al uno por ciento de personas pertenecientes a comunidades indígenas.
Los pueblos Ava Guaraní y Aché pertenecen a la familia lingüística guaraní, una de las cinco familias identificadas en el Paraguay. De ellas derivan las diecinueve lenguas que hablan los pueblos originarios que habitan estas tierras, además de los idiomas oficiales del país: el guaraní y el castellano.
Según el IV Censo Nacional de Población y Viviendas para Pueblos Indígenas 2022, que contó con el apoyo del UNFPA, de las 140.206 personas indígenas que habitan el Paraguay, 2.596 pertenecen al pueblo Aché y 22.235 al pueblo Ava Guaraní.
Cuando las mujeres se organizan
Kuña Guaraní Aty se ha convertido en un espacio fundamental en el que Leonarda y muchas otras mujeres guaraní desarrollan su liderazgo. Esta organización nació durante una asamblea general de la nación guaraní uniendo a los pueblos Aché, Mbya Guaraní, Ava Guaraní, Paĩ Tavyterã, Guaraní Ñandeva y Guaraní Occidental a esta causa.
A través de talleres, encuentros y alianzas internacionales, la organización ha logrado capacitar a decenas de mujeres en temas como derechos humanos, género y liderazgo indígena.
Ya tenemos muchas mujeres lideresas empoderadas, conocedoras de sus derechos y defensoras de las demás hermanas. También somos protectoras del medioambiente y transmisoras de nuestra sabiduría ancestral. Creemos en la importancia de organizarnos no sólo en Kuña Guaraní Aty, sino en otros espacios, ya sea como artesanas o en grupos comunitarios".
Madre de tres hijos, abuela de ocho y bisabuela de dos, Kuña Takuaju anhela un futuro mejor para su familia y su comunidad. Al igual que el bambú, que representa su fortaleza y resistencia, ella sigue trabajando por los derechos de las mujeres guaraní.
Incidir en políticas públicas
La Articulación de Mujeres Indígenas del Paraguay (MIPY) es otra de las organizaciones que aglutina a mujeres indígenas. Fundada en el 2014, tiene como propósito "aunar esfuerzos entre las mujeres indígenas para incidir en las políticas públicas y desarrollar capacidades de forma que estemos preparadas ante diferentes situaciones que nos afectan, podamos visibilizar nuestra situación y trabajar en favor de ella", cuenta Tina Alvarenga, docente Guaraní Occidental, pueblo que habita los departamentos de San Pedro y Boquerón.
Con integrantes de los pueblos Guaraní occidental, Aché, Avá Guaraní, Mbya, Pai Tavytera, Guaraní Occidental, Maskoy, Enlhet Norte, Enxet Sur, Sanapaná, Angaité, Guaná, Nivaclé, Manjui, Ayoreo, Ishir Chamacoco y Qom, la articulación surgió en un momento en el cual "las mujeres indígenas no teníamos espacios propios y no éramos escuchadas en las organizaciones mixta", recuerda Tina.
Necesitábamos dialogar entre nosotras y construir objetivos juntas para incidir de manera colectiva en las políticas públicas".
Desde el UNFPA, a través de la campaña ¡QuieroVivirAsí! #SinViolencia, continuamos apoyando —junto a aliados estratégicos como Kuña Guaraní Aty y MIPY— el fortalecimiento de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres para construir un mundo más justo y equitativo, libre de violencia.
Equipo de redacción: Carolina Ravera Castro/Agencia PRessencia.
Fotografías: UNFPA Paraguay/Mario Achucarro.