MARISCAL ESTIGARRIBIA, Chaco Paraguayo - El Chaco Paraguayo tiene magia propia: tierras áridas que conviven con lagunas saladas, una fauna diversa, imponentes palos borrachos y un infinito cielo estrellado. Sin embargo, este ecosistema pende de un frágil hilo que enfrenta cada año estrés hídrico (sequías o inundaciones extremas), incendios arrasadores y altas temperaturas que pueden sobrepasar los 45 grados en verano.
La falta de agua, de caminos y de movilidad suman a esta realidad otras variables que dificultan, en gran medida, el acceso y garantía a derechos básicos, como salud y educación.
“El principal desafío es la distancia entre las comunidades. Si a nosotras nos cuesta la logística, imaginate lo que es para una mujer llegar a nuestros servicios”, explica la doctora Esther Bogado, directora de la XVI Región Sanitaria de Mariscal Estigarribia, cuya cobertura se extiende a todo el departamento de Boquerón. Especialista en medicina familiar, en ecografía general, ginecológica y obstétrica, hace 10 años que se trasladó desde la capital al Chaco Paraguayo, reconoce que para dar respuesta a la población la logística es lo más complejo que enfrentan diariamente.
"Los caminos se vuelven más complicados en tiempos de lluvia, pero en la sequía también los ‘talcales’ (tipo de terreno, en referencia al talco) son muy difíciles de transitar”, remarca y sostiene que “nosotros somos quienes debemos llegar a las comunidades de manera periódica”.
Diversidad cultural
Hace 4 años que está al frente de la región sanitaria, trabajando muy de cerca con todos los programas de salud, pero en especial lo que se refiere a la planificación familiar y al abordaje y prevención del embarazo adolescente, temas desafiantes debido a la diversidad cultural conformada por pueblos originarios y grupos de inmigrantes.
Acá la población que atendemos en un 40% es indígena, perteneciente a 7 parcialidades: guaraní ñandeva y occidental, enlhet norte y enxet sur, ayoreo, nivaclé y maká. Con todos ellos trabajamos muy bien, son muy abiertos, colaboradores, y se ponen muy contentos cuando les visitamos en su comunidad”, nos comenta la doctora Bogado a la par de que indica que lo que más promocionan entre las comunidades indígenas son los métodos de larga duración.
Para ello, se han aliado con promotores de salud de los propios pueblos indígenas, quienes constituyen el puente necesario para llegar de manera respetuosa y adaptada a cada una de las culturas. “Hacemos jornadas de atención extramural y brindamos todo tipo de servicios, desde ecografías a embarazadas hasta colocación de DIU e implantes a las interesadas. La aceptación y demanda a estos métodos se ha incrementado en los últimos 3 años y hoy son las propias mujeres indígenas quienes los solicitan”, nos dice mientras expresa que antes se afirmaba que las mujeres indígenas no aceptaban ciertos métodos anticonceptivos, pero señala que “esto no es así. Creemos, más bien, que había desinformación y que con la consejería pertinente hemos logrado avanzar en la comprensión de cada uno de los métodos”.
Mayor demanda
Hace 10 años la región tenía una población muy dispersa y parecía ser que no existía mucha demanda en los servicios ni en las Unidades de Salud de la Familia (USF). “En estos últimos años la población creció. No sólo la indígena, también tenemos mucha gente que viene a trabajar en la zona, ya que hay nuevas ofertas laborales, y todo esto conlleva que tenemos un flujo interesante de pacientes. Hace 10 años yo era médica de guardia y atendía sola; hoy esto sería imposible, pues a la mayor demanda hay que sumar que la gente está más informada, reclama sus derechos y utiliza la tecnología y las redes sociales”.
En este tiempo, además de sumar nuevos recursos humanos, se han fortalecido las USF de los puntos más alejados, con la provisión de ambulancias y con el objetivo de acortar los tiempos de espera.
“Para mí, viniendo de la capital, fue un reto trabajar con población indígena. Me dio otra visión y hoy puedo decir que ésta es mi mayor fortaleza como profesional y como directora de una región sanitaria”, manifiesta y reconoce que el poder movilizar apoyos, como el del UNFPA desde donde acompañamos hace varios años el trabajo en esta región, es clave para avanzar en la garantía a la salud sexual y reproductiva, sin dejar a nadie atrás.
Fotografías e insumos: UNFPA Paraguay/Zunilda Acosta.
Redacción: Carolina Ravera Castro.