FERNANDO DE LA MORA, Paraguay. Lorena Medina (40), orgullosa de sus raíces, es una de las pioneras del grupo Kuña Afro, que nuclea a mujeres de la colectividad afrodescendiente desde el año 2018.
Nacida en el seno de la comunidad Kamba Kua de Fernando de la Mora, ciudad cercana a la capital, Lorena quedó cautivada desde niña por las historias que le contaba su abuelo de sus antepasados y de su llegada al país. También aprendió los movimientos fluidos y la música de las danzas ancestrales que presenciaba en las celebraciones familiares y cada 6 de enero, cuando su comunidad organiza un gran festival para rendir homenaje a su santo patrono, San Baltasar.
Con el tiempo, comprendió la importancia de preservar estas tradiciones y decidió compartir su conocimiento en danza y música con las nuevas generaciones. Kuña Afro (kuña en guaraní significa mujer) se convirtió para ella en un espacio donde fomentar el sentido de identidad y orgullo de las mujeres de su comunidad.
La agrupación, actualmente integrada por quince mujeres afrodescendientes, visibiliza su cultura y fomenta la equidad de género, empoderando a las afrodescendientes y rompiendo barreras. Al formar el primer grupo de percusionistas afroparaguayas, también han desafiado los roles tradicionales (anteriormente solo los varones tocaban los tambores) y han abierto nuevas puertas para las mujeres de su comunidad.
La primera presentación de Kuña Afro fue durante la marcha 8M del año 2018. "Nunca pensé que algún día se iba a formar un grupo de mujeres en la comunidad. A mí me ayudó a tomar decisiones y a entender que somos muy valiosas y capaces de salir adelante", destaca Lorena.
El contacto con organizaciones como Casa Fem, Aireana, Fondo de Mujeres del Sur, entre otras, les abrió puertas para abordar temas de interés común, enfrentar desafíos, desarrollar proyectos y trabajar juntas en fomentar una cultura de equidad de género y de liderazgo que aporte positivamente a la sociedad.
Bailes, tambores y antirracismo
Como mujeres referentes de la música afroparaguaya, las integrantes de Kuña Afro ofrecen espectáculos artísticos para el público y talleres de tambores, danza afro y de estética afro dirigidos a mujeres y adolescentes de su comunidad.
Lorena, quien es bailarina, dicta los talleres de danza, donde no solo enseña los pasos de los ritmos tradicionales (kuarahy, pitiki pitiki, San Baltazar, el viejito, guarimba galopa, santo sapatu y candombe), sino también narra las historias de sus ancestros y las leyendas que se entrelazan con cada movimiento. Los talleres de tambores es otro de los canales para compartir conocimientos sobre la identidad cultural afro y sus manifestaciones artísticas, y a la par fomentar un espacio de debate sobre el antirracismo.
Tenemos formación sobre derechos humanos, derechos de las mujeres, antirracismo...También hablamos mucho de nuestra historia y de nuevos proyectos", afirma.
Para Lorena es una satisfacción que Ana, su hija de 15 años, crezca ahora empoderada como integrante de Kuña Afro. Es emocionante presenciar cómo ella, al igual que muchas adolescentes, alza su voz por sus derechos y exige un empleo digno, algo que Lorena busca desde hace años. Madre de tres hijos y limpiadora en un hospital, aspira a un futuro mejor para ellos, donde todos tengan las mismas oportunidades. Le preocupa, sin embargo, que en su comunidad las mujeres en especial tengan poco acceso a una educación de calidad y oportunidades laborales, como también a que muchas sean madres solteras.
Invisibles en la historia y la cultura
Una de las principales dificultades que enfrentan las comunidades afrodescendientes en el Paraguay es la invisibilización de su historia y cultura. A pesar de que su presencia en el territorio nacional es anterior a la formación del Estado Paraguayo y de haber constituido un porcentaje significativo de la población durante la época colonial, su legado ha sido sistemáticamente marginado y olvidado.
Si bien la aprobación de la Ley 6940 que establece mecanismos y procedimientos para prevenir y sancionar actos de racismo y discriminación hacia las personas afrodescendientes puede considerarse un hecho histórico, es real que las historias de invisibilización y racismo también se evidencian en el día a día, acorde a lo que nos relata Lorena. "Sufrimos racismo; por ejemplo, al subir al colectivo me miran de pies a cabeza; en el supermercado el guardia anda detrás de mí por temor a que robe; otros nos juzgan por la vestimenta que usamos las mujeres afro".
A pesar de las dificultades, "siento un orgullo inmenso de pertenecer a Kuña Afro, donde tenemos la capacidad de superar juntas las adversidades en un mundo tan desigual. Me gustaría transmitir que nosotras también tenemos los mismos derechos que otras personas, no somos diferentes a nadie y no vamos a rendirnos ante cualquier situación. Con nuestra lucha y visión haremos el cambio".
Desde el UNFPA recordamos que es urgente visibilizar la historia de las personas afrodescendientes, reconocer su diversidad y promover políticas públicas que garanticen su inclusión y desarrollo. Como parte de ese trabajo de mayor visibilidad, invitamos a Kuña Afro a sumarse a la campaña ¡Quiero vivir así! #SinViolencia, desarrollando con sus integrantes un módulo en el que abordamos la violencia por motivos de raza. Prevenir y reducir la violencia, así como la discriminación, ayudará a las personas, especialmente a las mujeres, adolescentes y jóvenes, a desarrollar plenamente su potencial.
Equipo de redacción: Carolina Ravera Castro/Agencia PRessencia.
Fotografía: UNFPA Paraguay/Mario Achucarro.