ASUNCIÓN, Paraguay - En un año crucial para la guarania, cuando Paraguay busca su reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, la maestra y concertista de guitarra clásica Salma Gómez Jara, de 24 años, se erige como joven guardiana de este género musical nacional, con el objetivo de que "siga siendo fuente de vida e inspiración para las futuras generaciones".
En nuestro país, el 27% de la población paraguaya tiene entre 15 y 29 años (CELADE, 2022), acorde a los datos del Informe sobre juventud en Paraguay: insumos para una política pública de juventud, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA. Las proyecciones de población anticipan que el volumen de población joven continuará creciendo hasta aproximadamente el 2043, con lo cual el país tiene la oportunidad de aprovechar las ventajas que ofrece el plus de población en edades activas para la generación de riquezas y desarrollo nacional.
Sin dudas, trayectorias como la de Salma en ámbitos no tradicionales nos muestran el poder transformador de las juventudes y constituyen el motor para promover vidas libres de violencia.
Salma comenzó a los siete años, cuando inició sus clases de guitarra popular en el colegio. A los nueve, ya formaba parte de la escuela Music School, donde se adentró en el aprendizaje del lenguaje musical.
El impulso definitivo para dedicarse profesionalmente a la guitarra llegó con su participación en el concurso liderado por la maestra Berta Rojas, donde fue seleccionada entre los 25 guitarristas que conformaron el Ensamble Pu Rory. A partir de allí, decidió hacer de la música su carrera universitaria e ingresó al Conservatorio Municipal de Asunción, donde a los 21 años obtuvo el título de Profesora Superior de Guitarra Clásica y Lenguaje Musical.
Actualmente trabaja en su tesis para la Licenciatura en Música en el Instituto Superior de Bellas Artes. A la par, se dedica de lleno a la enseñanza de música y guitarra, y forma parte del dúo de guitarra clásica Takua. Para ella, existen diversas formas de vivir del arte: eventos privados, presentaciones y giras nacionales e internacionales. Por eso, la frase "No se puede vivir del arte en Paraguay" es una de las que, afortunadamente, está quedando en el pasado.
Puntos de encuentro y redes de apoyo
Para la guitarrista, compartir con su audiencia las emociones que le despiertan las piezas que interpreta es un motivo de satisfacción.
“Compartir música me permite conocer a personas con diferentes estilos de vida, perspectivas y puntos de vista", comenta. Esta diversidad representa una fuente de inspiración constante para seguir perfeccionando su arte.
Su carrera también se ha visto enriquecida por la enseñanza y las redes de apoyo de otras mujeres artistas que han abierto caminos para su generación. Si bien reconoce que aún hay obstáculos que superar, estas redes de apoyo le ofrecen seguridad y contención, "y hacen más ameno mi transitar por la música".
La guarania en su repertorio
Uno de los tantos anhelos de Salma es llevar la guarania a otros rincones del mundo. "Para mí, es un ritmo cargado de nostalgia, pasión, amor y desamor, de mucho sentimiento. Desde el punto de vista musical es un desafío incluir guaranias en el repertorio de la guitarra clásica; e indiscutiblemente forma parte de nuestra identidad".
Por eso apoya con mucho entusiasmo los esfuerzos para mantener viva a la guarania, como la nominación de este género musical paraguayo como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. La iniciativa, liderada por la Secretaría Nacional de Cultura, será abordada durante la XIX reunión del Comité Intergubernamental de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la UNESCO, a realizarse en el Paraguay del 2 al 7 de diciembre del 2024.
Salma destaca la importancia de esta postulación al considerar que la guarania es un legado que heredamos del pasado, que convive con nosotros y que formará parte de nuestro futuro.
El arte en la lucha social
La joven concertista considera que el arte tiene un rol preponderante en la sociedad actual. "Una de las aristas que continúa presente, gracias a los legados artísticos y culturales, es la lucha social", apunta. Para ella, el arte ayuda a las personas a asumir compromisos sociales, evolucionar, adaptarse y, por sobre todo, promover la tolerancia y la convivencia pacífica.
Como artista comprometida, también ha decidido apoyar la campaña ¡Quiero vivir así! #SinViolencia "para seguir educándonos hacia una sociedad más respetuosa y tolerante con las mujeres en general y las mujeres artistas".
Desde su posición, quiere animar a otras colegas a perseguir sus sueños con pasión. “Si se sienten estancadas, es una ayuda enorme asistir a actividades de su rama artística para conocer lo que se produce e intercambiar experiencias”, cuenta. La terapia también le fue muy útil cuando se sentía confundida o frustrada, ya que la ayudó a establecer prioridades y desarrollar herramientas para gestionar esos momentos y poder seguir trabajando en sus proyectos. Abordar de esta manera, abierta y sincera, la salud mental es un tema clave en nuestro país, donde 1 de cada 7 estudiantes jóvenes llegó a considerar seriamente la posibilidad de suicidarse, según datos del Informe sobre juventud en Paraguay: insumos para una política pública de juventud.
Para este 2024 sus metas incluyen defender su tesis y prepararse para formarse en el exterior. Considera que su mayor logro personal es vivir de la música y, a través de ella, viajar, conocer lugares y personas diversas.
"Saber que todo lo que logré fue gracias a mi esfuerzo, dedicación, pasión y perseverancia me hace sentir orgullosa y empoderada".
Con el apoyo del UNFPA y sus aliados, la campaña ¡Quiero vivir así! #SinViolencia fusiona el arte con la educación para difundir mensajes sobre la prevención de la violencia hacia las mujeres. A través de artistas como Salma Gómez conocemos más acerca del poder de la educación y el fortalecimiento de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres en la construcción de un mundo sin violencia.
Equipo de redacción: Carolina Ravera Castro/Agencia PRessencia.
Fotografías: UNFPA Paraguay/Nicolás Dávalos.