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Buenos días a todas. Me van a permitir que use el termino genérico aceptado por la Real Academia, siendo mayoría, pues mujeres somos todas, aunque también bienvenidos a ellos que están en minoría hoy. En segundo término, quiero decirle gracias a Ana Selva por sus palabras y por recordarme una etapa realmente maravillosa que viví acá en Paraguay por cuatro años, de los cuales no solamente hicimos amigos, sino dimos los primeros pasos en esta dificultosa tarea de trabajar la educación de la sexualidad en el sistema educativo. En aquella época yo estaba iniciando mi trabajo con la UNESCO2 y ya de una manera estable había hecho algunas consultorías antes y estuve un período en Paraguay que al igual que muchos de nuestros países de América del Sur había sido bastante reacio a esta temática y había mucho por hacer. Sin embargo, fueron cuatro años arduos con un equipo técnico muy calificado, con ese Departamento de Currículum haciendo lo posible y luchando contra viento y marea para que estas temáticas estuvieran allí.