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Adolescencia y juventud

Adolescencia y juventud

Adolescencia y juventud

Más de 1.8 mil millones de jóvenes alrededor del mundo están transformando la realidad social y económica de nuestros países. En Paraguay, hablamos de 1.499.742 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años, de un total de 6.109.644 personas. Es decir, X de cada X persona es adolescente o joven en el país, lo que constituye un 27% de la población total.

Desde esta perspectiva, Paraguay está en una posición privilegiada para aprovechar esta ventana de oportunidad, al encontrarse aún una parte importante de su población en el grupo de edad productiva. Paralelamente, y a un ritmo constante, aumenta el número de personas mayores, población que representará un tercio de la población en 2100 (CELADE, 2024), con sus propios desafíos en materia de política pública.

Una juventud saludable, educada, productiva y plenamente comprometida tiene la capacidad de romper el ciclo de la pobreza intergeneracional y puede contribuir en mayor medida a sus comunidades y naciones. 

Con una población de más de 140 millones de adolescentes y jóvenes en América Latina y el Caribe, la inversión en juventud, especialmente en mujeres adolescentes, es una de las acciones más acertadas a las que un país puede apostar. La juventud de hoy, tiene la capacidad para fortalecer el tejido social y crear un futuro sostenible.

Salvaguardar los derechos de la juventud e invertir en su futuro es esencial para su desarrollo y el de sus familias, comunidades y países. Proveer educación de calidad, un empleo decente, herramientas efectivas para gozar de una vida sana y el acceso a salud sexual y reproductiva, son sin duda alguna las inversiones necesarias para garantizar que cada joven alcance su pleno desarrollo.

Nuestro desafío

La juventud de Paraguay, y el país en sí mismo, tiene por delante un desafío importante. Requiere de capacidades, espacios y protección para ser protagonista de un proceso de desarrollo económico y social que permita, a la vez, reducir la pobreza y los índices de desigualdad socioeconómica.

Las políticas educativas deben garantizar a todas las personas jóvenes -a través de becas, movilidad, apoyo educativo suplementario, cuidados, entre otras medidas- la conclusión del ciclo secundario y el acceso a alternativas de educación superior o de formación técnico profesional alineadas con las necesidades del mercado laboral, promoviendo la innovación tecnológica y la inclusión digital. Por su parte, las políticas laborales son claves para una inserción en condiciones decentes, garantizando un contrato formal y el acceso a seguridad social y seguro de salud. 

Además, teniendo en cuenta que Paraguay registra la tasa más alta en el Cono Sur, la prevención del embarazo adolescente no intencional, constituye una prioridad para el aprovechamiento del bono demográfico, así como la atención de la salud mental, la prevención de adicciones y el acceso a atención médica oportuna. 

La oportunidad

El bono demográfico, que refiere a la ventaja económica que se obtiene cuando la proporción de la población en edad laboral supera a la económicamente dependiente (niñez, adolescencia y personas adultas mayores), enfoca su atención en el 25,4% de la población entre 15 y 29 años (INE, 2022). Desde esta perspectiva, Paraguay está en una posición privilegiada para aprovechar esta ventana de oportunidad, al encontrarse aún una parte importante de su población en el grupo de edad productiva. Paralelamente, y a un ritmo constante, aumenta el número de personas mayores, población que representará un tercio de la población en 2100 (CELADE, 2024), con sus propios desafíos en materia de política pública.

Esta coyuntura favorable hace que la sociedad tenga mayores oportunidades para generar los recursos fiscales y contributivos que permiten invertir con más solidez en las jóvenes generaciones que se aprontan a insertarse en el mundo laboral. En este sentido, el bono demográfico es una tremenda ventana de oportunidades para los países como Paraguay, siempre que se realicen las inversiones necesarias en educación y salud de calidad, empleo y protección social. Sólo así, se podrá aprovechar esta mayor proporción de población con capacidad para trabajar, producir, ahorrar e invertir.

Nuestra Estrategia

El Fondo de Población de las Naciones Unidas, UNFPA, como la agencia líder del sistema de Naciones Unidas en los temas de adolescencia y juventud, ha colaborado con el gobierno del Paraguay a avanzar en materia de políticas públicas de juventud, potenciando el análisis de situación y proyectando intervenciones estratégicas para el aprovechamiento del bono demográfico.

En particular hemos apoyado a la Secretaría de la Juventud, generando insumos para el diseño de programas y políticas en la materia y ha aportado a profundizar el análisis de la inversión en juventud a fin de conocer cuánto se invierte en las personas adolescentes y jóvenes, y cuáles son las características de dicha inversión, pues se considera que este conocimiento es esencial para orientar de manera estratégica la inversión pública en juventudes.

Otro aspecto fundamental en esta línea, es el trabajo que se lleva adelante con la sociedad civil organizada para potenciar la participación protagónica de la juventud en los temas que hacen a su desarrollo, a su presente y a su futuro.

En cuanto al análisis de las juventudes, avanzamos fuertemente en construir escenarios de investigación e intervención en situaciones específicas, como lo son las juventudes en las fronteras, en una tarea conjunta con el Instituto Social del Mercosur. 

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