LUQUE, Paraguay - Así, con el número 10 y el logo del UNFPA en la camiseta de la selección paraguaya de fútbol en mano, la querida Albirroja, el presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Robert Harrison, y la representante nacional del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Rocío Galiano Marés, celebraron la firma de un acuerdo de cooperación para emprender acciones conjuntas, internas y externas, a fin de promover un fútbol sin violencia hacia niños, niñas, adolescentes y mujeres. El mencionado evento se enmarcó en las acciones de la campaña de comunicación “¡Quiero vivir así! #SinViolencia” y del mes de las mujeres, que comienza este 8 de marzo.
Con gusto estamos llevando adelante este gran convenio. Para nosotros es muy importante esta acción. En esta administración nos hemos enfocado en la igualdad de género. Sabemos que existen diferencias, pero el fútbol femenino está dando pasos agigantados hacia la igualdad. También venimos desarrollando trabajos con mucho énfasis en niños y niñas. Con el Centro de Alto Rendimiento de Divisiones Formativas (CARDIF) queremos llegar a que 2000 chicos y chicas tengan infraestructura adecuada”, expresó Harrison.
Remarcó que muchas veces se habla de que el fútbol mueve muchos recursos, pero la realidad es que también hay grandes necesidades, que muchos niños, niñas y adolescentes “llegan a entrenar sin haber desayunado”.
Para Galiano, unir el deporte estrella de nuestra región a las acciones por una vida sin violencia, aportando a la garantía de derechos de niñas, niños y adolescentes, es clave en un país como Paraguay en el que el fútbol llega a numerosas audiencias y une valores como el respeto, la disciplina, el compromiso, compañerismo y la fuerza de la acción colectiva, indispensables para apuntar a cambios de comportamiento y mejorar las condiciones de vida de las personas.
Celebramos que esta firma de convenio se dé en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, porque aún existen brechas y partimos de lugares de diferentes oportunidades”, acotó y mencionó, por ejemplo, que en el país el 65% de los puestos de decisión están ocupados por varones y que el 42% de las mujeres trabaja, pero en funciones no remuneradas, como el empleo doméstico y las tareas de cuidado.
Destacó que el fútbol colabora, además, a posicionar a las mujeres en roles no tradicionales, como árbitras, entrenadoras, fisioterapeutas, las propias jugadoras de fútbol y que esto constituye un modelo claro para que las niñas y adolescentes sepan que sus proyectos de vida no deberían tener límites. “Este acuerdo con la APF es absolutamente innovador, pues no hay otro de estas características en el Cono Sur y puede abrir puertas en otros países que apunten en la misma línea de trabajo”, expresó.
Desde UNFPA apoyaremos a la APF con tareas de capacitación y sensibilización para la prevención, así como acciones orientadas a la respuesta de la violencia, incluyendo una Ruta de Atención, y a las necesidades en salud sexual y reproductiva, por un lado, y se desarrollará una línea de acción transversal de comunicación estratégica, por el otro.
Acompañaron al presidente Robert Harrison en este acto, el secretario general, Luis Kanonnikoff; la secretaria general adjunta, Alba Benítez; el director general, Raúl Ibáñez; el gerente general administrativo y financiero, Hugo Kuroki; la gerente administrativa, Mirtha Wollmeister, la contadora; Graciela Ortega; la secretaria del Tribunal de Ética, Cynthia Pucheta; la gerente de Digital, Natalia Cabarcos y la oficial de Competiciones, Noelia Barrios.
Igualmente marcó presencia el coordinador de la Oficina Regional de la FIFA, Sergio Palacios, quien presenció el acto de firma de convenio.
Por parte del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Paraguay, estuvieron presentes Carolina Ravera Castro, oficial de Abogacía y Comunicación; Adriane Salinas Bomfim, oficial de Salud Sexual y Reproductiva; Verónica Heilborn, oficial de Género, Adolescencia y Juventud; y Patricia Aguilar, asesora de VIH.
Fotografías: UNFPA Paraguay/Nicolás Ayala y gentileza APF // Texto: Carolina Ravera Castro.
